Debemos saber que una lente nos sirve para dos cosas esenciales, la primera y más notable es la protección frente a la absorción lumínica visible. La segunda es la protección frente a la radiación ultravioleta.
Desde Bermeo Optika recomendamos la manera correcta para elegir la lente de sol más adecuada, tomando en cuenta las necesidades que tenemos. Por esto es importante saber las diferentes prestaciones que éstas nos pueden ofrecer. No todas las gafas de sol protegen igual aunque esto no sea perceptible a simple vista.
Debemos saber que una lente nos sirve para dos cosas esenciales, la primera y más notable es la protección frente a la absorción lumínica visible. La segunda es la protección frente a la radiación ultravioleta.
La primera es más notable puesto que percibimos el efecto de manera inmediata. Esta protección la podemos clasificar en 5 categorías diferentes según la norma ISO 8980-3– y la mayoría de lentes de sol indican en cuál de ellas se encuentran. Lo más común es encontrar lentes entre la categoría 2 y la 3.
- Categoría 0: absorben entre el 0% y el 19% de la luz visible. Son lentes muy claras y su uso es recomendado para interiores, uso nocturno y exteriores con cielos cubiertos. Son las únicas aptas para conducir de noche.
- Categoría 1: Capta entre el 20% y el 56%, esto es gracias a la ligera coloración de la lente. Se suelen utilizar con luminosidad leve como zonas urbanas.
- Categoría 2: Estas lentes son capaces de absorber entre el 57% y el 81% de la luz, su uso suele ser recomendado en una exposición lumínica media.
- Categoría 3: Son las lentes que más se comercializan. Su uso está recomendado para todo tipo de actividades al aire libre, sobre todo en primavera y verano. Captan entre el 82% y el 92%.
- Categoría 4: Estas lentes están diseñadas para actividades de alta exposición lumínica donde intervienen también reflejos. Se usa sobre todo en alta montaña, esquí y en deportes acuáticos. Son capaces de captar hasta el 98%. Su uso está contraindicado para conducir hasta de día.
Dependiendo de las necesidades que tengamos debemos elegir una de las 5 categorías.
Si queremos una gafa más versátil y que nos sirva para diferentes ocasiones tenemos las gafas fotocromáticas, que varían entre diferentes categorías. Tenemos las fotocromáticas oftálmicas, que suelen pasar de una categoría 0 a una 3 ante la exposición a UV. Mientras que por otro lado encontramos las lentes fotocromáticas de sol, que no suelen llevar graduación y cambian entre la categoría 2 y 3.
Una vez elegida la protección lumínica, tenemos que asegurarnos de que nuestra lente protege nuestro ojo de la radiación ultravioleta. Esta protección se puede encontrar tanto en lentes transparentes cómo en lentes muy oscuras, siendo parecida en ambas. Esto se debe a que la propiedad de absorción de luz UV está intrínseca en el material de la lente.
Al igual que si la piel al exponerse al sol puede verse dañada, los ojos pueden sufrir un daño similar. Una irradiación prolongada podría producir quemaduras e inflamación en las capas externas, pues estas son muy similares a la piel. Si está exposición es muy intensa podría llegar a dañar la retina, llegando a provocar ceguera en la zona dañada.
Además de todo esto, está demostrado que una exposición a luz UV durante años acelera la creación de cataratas, volviendo el cristalino turbio y disminuyendo notablemente nuestra agudeza visual.
Los rayos UV se clasifican en 3 rangos. Los rayos UV-C que se encuentran entre los 100 y los 290 nanómetros son absorbidos por la atmósfera, no así los UV-B (280-315 nm) y los rayos UV-A (315-380 nm).
Para saber si una lente nos protege de la radiación UV dañina debemos buscar la designación UV400 o preguntar a nuestro óptico optometrista de confianza.
En esta imagen podemos ver un ejemplo de las indicaciones que deberíamos ver a la hora de comprar una gafa de sol.
Referencias: https://www.tuoptometrista.com/proteccion-solar/requisitos-que-deben-cumplir-unas-gafas-de-sol/